El guardia civil y escritor presenta su último libro
Mucho antes que escritor de novela negra fue miembro de los Servicios de Información Antiterrorista de la Guardia Civil. Participó en la detención y desarticulación del ‘comando Barcelona’ de ETA responsable del atentado del Hipercor, donde murieron 21 personas y otras 45 resultaron heridas. Este jueves Vicente Corachán Salinas (Cornellá de Llobregat, 1959) presenta en Maspalomas ‘Qué harías tú’, su quinto libro.
– ¿Qué le trae a Maspalomas, sólo la presentación del libro o algo más?
Acompaño a mi hija Judith Corachán (triatleta) su marido y mi nieta de seis meses. Mi yerno compite en la Transcanaria Clasic. Ella ha sido varias veces campeona de España, Subcampeona del Mundo y Subcampeona de Europa en Triatlón.
– ¿Por qué decidió pedir excedencia y dejar el Servicio de Información de la Guardia Civil?
Como miembro de esos servicios me tocó lidiar con varios atentados, como el de Zaragoza y el de Hipercor. Tras haber detenido al Comando Barcelona, decidí hacer un parón, sobre todo por mi familia. Sufren más que uno mismo. Pedí excedencia y monté mi propia agencia de detectives privados. Y me ha ido tan bien que hasta la fecha. Mi familia descansó, pero yo sigo con la sangre de color verde.
– ¿Qué le motivó a convertirse en Guardia Civil y adscribirse a ese servicio antiterrorista?
La vocación. Fueron mis mandos los que me eligieron para formar parte de ese grupo. Quizá la motivación del sentido patrio, las ganas de hacer algo por una lacra tan tremenda. Tratar de ser útil. De hecho, soy el único guardia civil que entró en un grupo como ese sin llevar los tres años que se requería para formar parte de él. Tendría que preguntar qué vieron en mí.
– ¿Se sentía realizado desempeñando esa tarea de información antiterrorista?
Por supuesto, mucho. Recabar información, seguir elementos elegidos para detectar sus actividades, analizar sus comportamientos y actividad para descubrir a los que les dirigían y los planes que estaban desarrollando… Podría seguir, pero sería muy largo. Todo hasta conseguir detenerlos y obtener más información.
– En 1992 decide usted montar su propia empresa: una agencia de investigación privada. ¿Qué le llevó a ello? ¿el sueldo, el desempeño profesional, el miedo, un hartazgo de órdenes… ?
Uf. Varias de esas cosas. Menos el sueldo, aunque era y sigue siendo escaso para lo que se desempeña. Principalmente el sufrimiento de la familia, cada vez que sales y cierras la puerta. Mi esposa llevaba un negocio de hostelería donde los ingresos eran tres veces superiores a lo que yo aportaba, por eso que no era un tema económico. El creer que como detective privado iba a poder ejercer lo que más me gustaba en el mundo, investigar, probé con lo de montar la agencia. Y creo que el que haya conseguido seguir con ello durante más de treinta años, lo explica.
– Entiendo que empezó a escribir sus novelas una vez que deja la Guardia Civil. Su primera novela, ‘Un cadáver para un detective’, se publicó en diciembre de 2011 y ya está en su tercera o cuarta edición: ¿Qué le llevó a escribirla?
Escribía una columna mensual en una gaceta local. Su director fue el que me animó a escribir una novela. No pensé en que iba a escribir otras. Fue un hecho puntual, pero el que el Colegio de detectives de Catalunya me otorgara el Premio de Novela Negra del Colegio de Detectives, me llevó a seguir probando. La que presento en Maspalomas es la quinta novela.
– ¿Las tramas de sus novelas son sólo ficción o guardan relación con alguno de los casos que ha investigado?
El subconsciente me lleva a dar ficción a muchas de las cosas que he vivido a lo largo de mis dos actividades profesionales.
– ¿Quiere decir que en sus novelas presenta elementos, personajes, situaciones… vinculados de alguna manera a la realidad de su desempeño profesional como investigador?
Totalmente. Independientemente de crear cada una de las historias y hacer crítica social, una de mis funciones es que el público, los lectores, sepa cuál es realmente y para qué sirven las funciones que desempeñan un detective privado y un guardia civil, qué hacen y los riesgos que cada una de esas profesiones tiene por el mero hecho de servir a una persona que te llama a la puerta de la agencia (en su día a un cuartel) para decirte que le resuelvas un problema. Muchas veces realmente complicado y que nadie le resuelve.
– ¿Por qué se ha dedicado a la novela negra y la ficción?
Es fácil decir que porque es donde mejor me desenvuelvo en el momento de tener que explicar algo. Lo llevo viviendo muchos años. Pero de hecho es por otro motivo. Hubo un momento en mi vida que toque fondo (una pequeña depresión) y mi mujer me regaló el libro ‘A de adulterio’, de Sue Grafton, y eso me llevo a seguir leyendo su colección de “El abecedario del crimen”. Y de ahí continué con otros autores, sobre todo españoles, donde tuve la suerte de conocer a los mejores gracias a que me aficioné a montar festivales de novela negra: Esparreguera Negra, Collabató Negre, Cubelles Noir, Cornellá Negra y Sant Boi Negre. Precisamente en Collbató Negro (2014) invité a las jornadas a Don Alexis Ravelo, uno de los escritores más grande que ha tenido este país. Presentó su novela ‘La estrategia del Pequinés’. Eso nos llevó a una gran amistad.
– ¿Sus personajes se trasladan de una novela a otra?
En algunos casos sí. En la segunda novela el detective es Gumersindo Hierro, y en el resto es Ezequiel Castillo. Eso sucedió porque al ser el detective de la primera muy Vicente Corachán, dejé de escribir con ese personaje y cambié a Gumersindo, pero los lectores me pidieron que regresara. En la tercera ‘Gumer’ colabora en el caso de Ezequiel. Ambos habían sido miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil.
– ¿Ha llevado algún caso de investigación para la Guardia Civil o para su empresa, aquí en el Archipiélago?
No, nunca se ha dado esa casualidad. Pero a las Islas me une el haber servido en Fuerteventura, donde fui legionario.
– Volviendo a su tarea como novelista, ¿qué le ofrece a usted la novela negra y de ficción?
Satisfacción. Puedo escribir sobre lo que sé, y hacer crítica sobre cómo funciona el sistema judicial y policial. Creo que podrían arreglarse muchas cosas que no funcionan como espera el ciudadano.
– Su desempeño profesional requiere una rigurosidad exquisita porque se trata de probar hechos, y eso exige fiabilidad. ¿Esa exigencia es la misma para sus novelas?
Durante mi periodo como guardia civil era necesario demostrarlo todo muy bien. Donde yo me movía no valía el hecho de ser policía para que un juez creyese mi opinión. Como detective pasa lo mismo. Las pruebas son algo fundamental para que el juez pueda decidir objetivamente y el abogado contrario no tenga posibilidad de tirar para atrás un informe. Esa exigencia se la pone uno mismo. En las novelas pasa lo mismo, te puedes valer de algunas licencias literarias pero el lector quiere rigurosidad. No vale sacarse ases bajo la manga para acabar historias que no se sostienen.
– ¿Cómo surgen las historias de sus novelas y cómo monta sus estructuras?
Surgen caminando por la calle, viendo a la gente actuar, aunque por desgracia las noticias también te dan muchas posibilidades de crear historias. Cada día pasan cosas. Aunque yo tengo la suerte de haber vivido tantas experiencias que cualquiera de ellas da para una novela. Normalmente tengo la idea de qué va a pasar y como se va a resolver. Una vez me pongo a ello van apareciendo personajes, situaciones y lugares que ambientan la historia inicial. Aunque le pasa como al título. Lo normal es que cambie mucho todo.
– Es usted catalán. ¿Cómo vivió el conflicto separatista?
Soy catalán y de padre y madre catalana. Pero ante todo soy español. Ese conflicto lo viví sin entender los motivos reales, porque todo deriva en un mero mecanismo político basado en historia de hace muchos años que unos pocos quieren revivir sin sentido. Cataluña es de todos los catalanes y de todos los que la conforman, no solo de los que piensan que es un terreno privado. Pero soy muy malo para la política. Ni entiendo, ni quiero entender. Me pasa lo mismo con el fútbol. La mayoría quiere que su equipo gane para sentirse poderosos. Falta de personalidad.
– ¿Y de la amnistía que pide el Sr. Puigdemont qué opina?
Uf, no voy a pisar el barro porque acabaré ensuciándome los zapatos y la pernera del pantalón. Pero es un elemento que se está riendo de todos los españoles aprovechando a aquellos que quieren seguir manteniendo poder. Con lo fácil que es conseguirlo mirando hacer las cosas bien.
– ¿El Sr. Puigdemont, su gestión y fuga, tienen novela?
Sí por supuesto, pero sería más de espías. De hecho, los ha utilizado para determinadas artimañas. Algunas, por cierto, ya se han descubierto.
– ¿En su novelística, sus personajes detectives son héroes o villanos?
No les he puesto aún esa etiqueta, pero me inclino a que son más bien héroes, porque fundamentalmente tratan de hacer el bien a alguien, como nos pasa en la vida real. Aunque soy consciente de que al que toca investigarlo piensa todo lo contrario.
– ¿Le quedan novelas en el tintero?
Espero que muchas. De hecho, la que estoy escribiendo es la que formaría, junto con ‘El miedo de Amanda’ y ‘Qué harías tú’, la tercera de esa trilogía.